Lola Mayo y Tono Folguera destacan el papel de MiradasDoc en la creación de público para el cine documental.
El director francés Jérôme Amimer presentó ante el público de MiradasDocsu película Khatyn, (46´ / 2011 / Francia, Lituania) con la que se presenta al concurso al mejor largometraje internacional en la séptima edición del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora (Tenerife, Islas Canarias). Amimer explicó a los asistentes a la proyección que su película es “una recuperación de la memoria colectiva fuera de lo íntimo”, que es la perspectiva que ya había utilizado en su corto El reflejo, con el que estuvo por primera vez en MiradasDoc en ediciones anteriores.
Khatyn, situado entre Minsk y Vitebsk, en Bielorrusia, es uno de los 186 pueblos destruidos en los que toda la población fue asesinada durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial y ha sido convertido en el recuerdo permanente de las masacres que los nazis ejecutaron entre 1941 y 1944. Entre las víctimas de estas masacres se encontraba una de las abuelas de Amimer, lo que se ha convertido en la fuente de inspiración de un autor original, que sostiene su reflexión sobre la memoria con un lenguaje poético, basado en imágenes casi oníricas y amplificadas por el silencio.
“Quería que los personajes del documental tuvieran conciencia de la tragedia”, de ahí, señaló el realizador francés, “su torpeza para expresarse”. Por eso su película está dominada por imágenes que son visiones “casi del dominio de los sueños, para que esas personas que vivieron allí aparezcan en la película casi como fantasmas”.
La ausencia de voz en toda la proyección, el silencio de los personajes, la falta incluso de una voz en off que ofrezca una información que llega al público a través de carteles al estilo del cine mudo son algunos de los recursos expresivos de esta película, opciones estéticas que llamaron la atención del público participante en el coloquio tras su exhibición en MiradasDoc.
A pesar de su condición de “película difícil”, alrededor de cien personas acudieron a la proyección y más de la mitad asistieron al coloquio en el que el autor desveló algunas de las claves de su trabajo, los motivos de sus decisiones como director de este documental singular. Precisamente uno de los rasgos más destacados de esta edición de MiradasDoc por Lola Mayo y Tono Folguera —respectivamente miembros de los jurados del concurso nacional y de ópera prima y de largometraje y cortometraje internacional— es la importancia del papel de festivales como el de Cine Documental de Guía de Isora a la hora de crear un público para el cine documental. Ambos destacaron la abrumadora presencia de público en la sala durante esta proyección como una señal de los logros que ha alcanzado el festival en sus siete años de existencia.
“En un principio había redactado un guión clásico”, explicó el director francés sobre su película. Contaba en él con numerosos datos obtenidos de historiadores y de documentación con la que estuvo investigando. Pudo haber contando con testimonios, pero no los usó porque le inspiraban muchas dudas. Finalmente, optó por una forma muy ajena a los cánones de este tipo de guiones: “al llegar a Khatyn, en pleno invierno, empecé a buscar algo que emocionase al alma y no fui capaz de encontrarlo”.
Khatyn, concluyó, “es un lugar frío que no transmitía ninguna emoción” y por eso su película es contenida. No usa la voz, indicó a uno de los espectadores, “porque no busco tanto una sensación como reproducir un estado, un ambiente de recogimiento y frío”. “No hay restos de voces en Khatyn”, dijo Amimer, “es un silencio que no se puede recuperar”, porque esta película “trata sobre un memorial que no encontraba su voz”.