A partir de una iniciativa conjunta entre Gran Canaria Espacio Digital (GCED) y el Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora, MiradasDoc, los próximos días 13 y 14 de diciembre podrán verse, a partir de las ocho de la tarde, en la sede de GCED, sita en la calle Cádiz, 34, una parte del palmarés de la VII edición del festival promovido por el ayuntamiento isorano.

La actividad se reparte en dos sesiones, de tal modo que el jueves 13 los espectadores podrán ver el cortometraje documental Una historia para los Modlins de Sergio Oskman, película ganadora del premio al mejor documental en la categoría nacional e Hija de María Paz González, película chilena que ganó el premio a la mejor ópera prima. El viernes 14 se proyectarán el premio al mejor cortometraje internacional, Rail Blues de Javier Barbero y la película que recibió el premio al mejor largometraje internacional, Little Heaven (Bélgica-Etipopía) de LievenCorthouts.

“Estas cuatro películas” señala el director del certamen Alejandro Krawietz, que estará presente en las sesiones “ofrecen una idea aproximada de los límites amplios en los que se mueve el cine de realidad actualmente, desde la permeabilidad hacia otros géneros propios de la ficción, como la road-movie Hija, hasta el cine de ensayo de Una historia para los Modlins, pasando por el documental de observación en Rail Blues o el documental de seguimiento que es Little Heaven.”

MiradasDoc surgió hace ya siete años con la idea de mostrar a través del ojo del cine documental un panorama desprejuiciado y sin intermediaciones sobre la salud social del planeta. Agrupado alrededor de tres ejes, el del festival propiamente dicho, el de la formación –para profesionales y para públicos—y el del mercado, probablemente el más potente en España para el género del cine de realidad, ha sabido situarse en la vanguardia del cine documental internacional con una programación alabada siempre por crítica y público.

Amenazado de suspensión este último año por problemas derivados de la crisis económica, el festival supo sobreponerse y encontrar los modos de celebrar una séptima edición que volvió a aportar una mirada sorprendente y vital sobre la realidad del ser humano en múltiples territorios.

“El cine documental”, apunta Krawietz, “ha sabido configurar un ámbito expresivo propio, amplio y sugerente, que está nutriendo al cine de ficción en la actualidad, pues se trata de un cine que puede permitirse el lujo de investigar y de experimentar. Por eso, quien se acerca a este tipo de cine acaba siempre repitiendo.”