MiradasDoc proyecta el documental ‘Taro. El eco de Manrique’, de Miguel G. Morales.
El pintor Pepe Dámaso, amigo de César Manrique durante más de cuarenta años, dijo el pasado martes, tras la proyección del documental Taro. El eco de Manrique, que el artista lanzaroteño “sufría con los ecologistas porque iba por otros caminos”, si bien él mismo era un defensor del medio ambiente. La película, dirigida por Miguel G. Morales, se proyectó en el VIII Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc antes de un coloquio en el que participaron el propio realizador; Pepe Dámaso; Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación César Manrique; y Alejandro Krawietz, director de MiradasDoc.
Durante la charla, Gómez dijo que César representaba “la belleza y la bondad” y que “defendió el paisaje porque defendía al hombre”. Por su parte, Krawietz afirmó que el artista lanzaroteño “dejó un importantísimo legado para seres insulares” que, en opinión de Gómez, debe ser asumido por la sociedad actual.
El documental es una reflexión sobre el papel de Manrique como visionario de la arquitectura que supo crear belleza donde se creía que no era posible. Sobre este extremo, Pepe Dámaso recordó que cuando César conoció en Estados Unidos a los creadores que experimentaban con el land art, “se meaba de risa, porque él ya había hecho todo eso en Lanzarote”.
Manrique “era un artista intuitivo, con una personalidad compleja pero generosa, y también tenía poder de persuasión para sacarles lo que quería a los empresarios”, en palabras de su gran amigo grancanario. Por último, el director de la Fundación afirmó que, si bien el lanzaroteño no se expresó nunca como antifranquista, sí fue un artista social durante el franquismo, “cosa que no podrían decir un Tapies ni muchos otros. Él era un permanente indignado”.