Moreno y Venegas: “Nos interesan las personas que luchan por la libertad en situaciones adversas”

Los directores Juan Antonio Moreno y Silvia Venegas concluyen este viernes los coloquios con estudiantes en EnseñanDoc tras la proyección de su película ‘Boxeando por libertad’

miradasdoc_silvia_venegas_y_juan_antonio_moreno01_boxing_for_freedom_firma_foto_adrian_molina_03Juan Antonio Moreno y Silvia Venegas, los directores de Boxeando por la libertad, la película que ha protagonizado EnseñanDoc en la décima edición de MiradasDoc, explican que este documental sigue la línea marcada por su productora Making Doc, creada en 2010: “Lo que nos interesa es contar la historia de personas que luchan por la libertad y su dignidad en situaciones adversas”.  Con esta filosofía ya han realizado documentales sobre sobre Kósovo y Sierra Leona, y la película que han traído al Festival y Mercado Internacional de Cine Documental de Guía de Isora es fiel a su línea y describe el activismo de las mujeres afganas a través de Sadaf, la mejor boxeadora de Afganistán.

Según los directores, su objetivo es retratar a esa nueva generación de mujeres afganas que consiguen salirse de lo establecido, que son patinadoras, hacen graffitis y buscan vías para superar las cortapisas ancestrales en las que las relegan a un papel social secundario y les impide decidir sobre su futuro. Al conocer la historia de Sadaf Rahimi y su familia, “decidimos que ella reflejaba esa nueva generación”.

Los Rahimi, que huyeron de su país al llegar al poder los Talibanes y se refugiaron en Irán durante años hasta que deciden regresar cuando se produce la intervención de Occidente, hacen posible que Sadaf continúe su singular periplo vital y pueda decidir. Además de ir a la escuela y pese a las amenazas que su padre y toda la familia han recibido, practica boxeo desde que tenía 13 años, junto con su hermana, lo que le ha permitido viajar a China, Vietnam, Londres…

Sin embargo, desde el Comité Olímpico afgano y la Federación de Boxeo, todo son obstáculos, hasta acabar prohibiéndoles practicar este deporte durante seis meses con la excusa de que planeaban abandonar ilegalmente el país; mientras suspendían a su entrenador y colocaban a un sustituto que no valora el trabajo de estas hermanas.

El documental, que necesitó cuatro años para “estar completo”, abre la puerta al futuro de  Sadaf, que no ha renunciado a volver a boxear y que está estudiando Administración de Empresas en la Universidad. Hoy, incluso, trabaja dando clases de Matemáticas, su asignatura preferida, según confiesa en la película, y consigue así unos ingresos que la acercan a la independencia económica.

La grabación en un país en constante conflicto y que se podría calificar de país fallido fue complicada. “Siempre actuamos de forma discreta”, explicó Juan Antonio Moreno, quien detalló que muchas de las imágenes exteriores se hicieron desde un coche y otras tomando muchas precauciones. De hecho, el equipo de rodaje tuvo que suspender uno de sus viajes ante el aviso de un posible atentado, una cuestión cotidiana en Afganistán, territorio en el que pugnan por el poder los Talibanes, los señores de la guerra, los intereses de la droga y un gobierno de coalición que usa los derechos de las mujeres como moneda de cambio para llegar a acuerdos con los más radicales. “Las precauciones –detalla- no eran solo por nosotros, también intentamos no llamar la atención para no incrementar el riesgo que ya corría Sadaf”.

Silvia Venegas añade que la idea de darle una cámara a la protagonista para que grabara en su casa les permitió “tener imágenes cotidianas de la familia que hubiera sido imposible conseguir con nosotros y nuestras cámaras presentes”, y señaló especialmente las que tomó la propia madre de Sadaf, que no deja ver su rostro a lo largo del documental.

Ambos destacan el importantísimo papel del padre, un taxista, que apoyó desde el primer momento a sus hijas y que, mientras ellos grababan en su casa, siempre se mantuvo ausente y dejando a cargo a su único hijo varón, el menor de la familia.

Según los directores, lograr financiación para cualquier documental siempre es difícil. En el caso de Boxeando por la libertad fue la propia productora la que asumió gran parte de la financiación, con el apoyo del Programa Media de la Unión Europea y del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA).

El último trabajo de Moreno y Venegas es ¡Basta ya!, un documental en el que se abordan los 40 años de campamentos de refugiados saharauis y cómo han construido un estado en medio del desierto. Con la misma ubicación, Juan Antonio Moreno ha estrenado recientemente su primera obra de ficción, Palabras de Caramelo, que recoge la relación entre un niño saharaui y su camello, Caramelo.

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